domingo, 24 de diciembre de 2017

Qué bien, hoy es Nochebuena!!

No pretendo aguarle las fiestas a nadie, simplemente me pregunto qué celebramos hoy...Y es que tendemos a creer que todos pensamos o entendemos lo mismo, y quizá no sea así.

En España, por poner el ejemplo del país donde vivo, un país antes muy católico, ahora ya no tanto, las fiestas religiosas siguen existiendo, algunas veces con la etiqueta de culturales, porque somos un país muy culto, claro...

La cosa es que esta tradición celebra el nacimiento de Jesús, aunque parece que la cosa va sólo de montar la fiesta y gastar todo el dinero que se pueda en regalos, incluso pidiendo algún prestamillo para llegar. ¿Dónde quedó el espíritu de la Navidad en que las familias se reunían a compartir de verdad estas fechas tan señaladas -quien creyera en ellas, claro- y se respiraba un ambiente de ilusión, alegría y amor?

Desde luego que ha cambiado la situación. Antes era mucho más precaria, quizá por eso eramos más sensibles a las necesidades del prójimo, en general. Ahora no tenemos tiempo de nada, o decimos que no podemos dedicar un rato, una aportación, algo... estamos ensimismados en nuestra historia particular y no nos interesan las historias tristes de los demás, ya se apañarán, no va con nosotros...

Parece que en su momento, el nacimiento y la huída a Egipto de aquellos personajes me recuerda la situación de otros, estos actuales, que también han tenido que abandonar sus hogares y familias para salvar la vida, los modernos refugiados que tanto aparecían en la TV cuando aún eran noticia... lo triste es que siguen estando ahí, con todo su frío, hambre, miedo, necesidades...

En la Unión Europea (UE) se acordó un plazo para la reubicación y reasentamiento de 160.000 refugiados en dos años, que expiró el martes 26 de septiembre. España ha acogido a algo más de una décima parte del cupo comprometido. ¡Qué vergüenza siento de esta falta de compromiso y palabra...!

Por eso, permitidme expresar esta reflexión y disculpad si por unos instantes os he incomodado en vuestra celebración. Ya se que diréis: "¿y qué puedo hacer yo?" No voy a responder a eso, cada persona verá de qué modo quiere comprometerse con el cambio en este planeta, a todos los niveles, pues claro está que esos a quienes pagamos tan generosamente no están por esta labor, sí por otras...

En cualquier caso, y de corazón, os deseo a todos una Feliz Navidad, y que el auténtico amor nazca en vuestros corazones...


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